El 7 de octubre, en memoria de la Santísima Virgen del Rosario, 84 años de la fundación de nuestra Congregación, con el corazón lleno de alegría y gratitud al Buen Pastor que nos llamó, conmemoramos nuestros 60 años de profesión religiosa, con las hermanas de la Comunidad de Verona.
Un evento de gracia, vivido y compartido por todas las hermanas presentes en la comunidad y por otras hermanas y amigas, que vinieron a compartir con nosotras este momento de celebración.
Recordar un aniversario no solo significa recorrer el álbum de los recuerdos, ver imágenes de lo que ha marcado este tiempo pasado, las personas encontradas, las experiencias vividas, los esfuerzos superados, las alegrías disfrutadas, sino que, en un sentido muy profundo, significa magnificando el amor misericordioso del Señor que permaneció fiel a su promesa y en la fidelidad nos confirmó en el propósito que nos inspiró al inicio del camino vocacional, al que nos adherimos con el entusiasmo de la juventud y con la madurez de las opciones. En este evento celebramos la fidelidad amorosa del Señor.
En un clima de expectación, vivimos la preparación con una jornada de retiro espiritual, animada por la superiora provincial Sor Cesarina Pisanelli, que propuso a nuestra reflexión el pasaje del Evangelio de Lucas (Lc 1, 39-45), subrayando el tema de Sinodalidad, declinadas en las actitudes de escucha recíproca, y de hospitalidad en un estilo fraterno que debe habitar nuestro corazón.
El momento central, vivido con intensidad, fue la concelebración eucarística en la iglesia parroquial, presidida por don Roberto Campostrini, vicario general de la diócesis de Verona, y por otros cuatro concelebrantes.
A la celebración siguió un momento de convivencia de todos los religiosos y laicos participantes, en el salón decorado para las fiestas por las hermanas de la comunidad, que expresaron su acogida y su compartir.
Fue hermoso para nosotros recordar el aniversario de nuestra profesión religiosa y repetir una vez más nuestra disponibilidad a la propuesta del Señor de convertirnos en "casa para él".
Queremos terminar recordando algunas palabras que nos dirigió el sacerdote durante la homilía: “Hoy dejaos volver a llamar por vuestro nombre por el Señor que vuelve a repetir a cada una: “Me has robado el corazón, hermana mía, esposa”. , me has robado el corazón con una mirada tuya” (Ct 4,9) y con tu corazón que baila de alegría te vuelves a convertir en icono vivo de Jesús Buen Pastor, sabiendo que no estás solo, sino que Él te precede. en cada paso te espera, en cada cruce te espera, te levanta en alas de águila cuando estás cansado”.
Gracias de nuevo y un abrazo fraterno.
Hna. Rita Mossoni, sjbp
Comentarios