“Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros y estamos alegres”.
(Salmo 126,3)
Con las palabras del salmista que nos invita a tener un corazón agradecido y gozoso, en un ambiente de comunión y fraternidad, el 19 de Marzo, bajo la protección de san José, en Bogotá – Colombia, las novicias Gabriela Alejandra Cavallero, Micaela Natividad Velis y Evelin Janet Alejandra Villarroel, celebraron su Primera Profesión Religiosa, como Hermanas Pastorcitas comprometidas con los votos temporales, junto a dos jóvenes de la Sociedad de san Pablo, Farud Ignacio y Miguel Ángel, quienes celebraron su Profesión Perpetua.
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La celebración se realizó en el templo San Pablo, como signo de unidad de la Familia Paulina que tanto deseaba nuestro Fundador. Recibió los votos, a nombre de la Iglesia y de la Congregación, la Hna. Mirina Ibarra, Superiora Provincial. Nos alegramos por estos jóvenes quienes con entrega, amor y gozo han reafirmado su SI a Cristo Maestro y Pastor, para conocerlo, amarlo y vivirlo como Camino, Verdad y Vida, en medio de su pueblo y en comunidad.
Citamos las palabras de las neo profesas: “En este camino emprendido, reconocemos como don a nuestras hermanas de Congregación quienes son signos de su presencia en nuestras vidas. Por ello, queremos agradecerles por su acogida, acompañamiento y tantos gestos de fraternidad. De manera especial a nuestra Maestra. Hna. Nora Herrera quien con su testimonio de oración y disponibilidad nos ha edificado y animado en la búsqueda de la voluntad de Dios durante estos dos años. A Nuestras familias, seno donde se gestó nuestra vocación y fue custodiada con amor. Gracias por su presencia y acompañamiento, incluso a la distancia, por el amor incondicional que nos sostiene, fortalece y anima. A la Familia Paulina, nuestros hermanos y hermanas, con quienes nuestro fundador, el Beato Santiago Alberione, nos ha pensado con un mismo proyecto espiritual y apostólico. Les agradecemos por su presencia y cercanía, reflejado hoy en esta celebración donde el SI de unos, es motivo de alegría para todos. A su vez, expresamos nuestra gratitud a sacerdotes y religiosas que nos han acompañado en la dirección espiritual, en el discernimiento y con los sacramentos…Y en este deseo de crecer, haciéndonos madres y hermanas de todos, manifestado en el amor al pueblo de Dios, a nosotras confiados, agradecemos a las comunidades parroquiales que nos han permitido hacer esta experiencia. Aquellas de donde venimos y las que nos han acogido en estos años formativos. Han sido verdaderos lugares teologales para cada una de nosotras”.
Hna. Mirina Ibarra, sjbp
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