Curso para Formadoras y Animadoras Vocacionales
- Suore Pastorelle
- hace 2 días
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Affinché Cristo Pastore viva in noi: Formarsi per Formare
Ha concluido el Curso de Formación de Formadores y Animadores Vocacionales, que se inició con la Misa de apertura el 6 de enero de 2025. Durante este curso, nosotras, Pastorcitas de diferentes Circunscripciones, hemos tenido la oportunidad de transcurrir nuestros días en la “Casetta” que, en los primeros años de la Congregación, albergaba a las novicias, para volver al espíritu de nuestro Fundador, Don Alberione, y confrontarnos con nuestro carisma.

Durante este período, con la colaboración de nuestras hermanas y la Familia Paulina, hemos tenido la oportunidad de reflexionar sobre nuestra historia y profundizar en nosotras mismas. A partir de los Ejercicios Espirituales, tuvimos la oportunidad de abordar y reflexionar sobre nuestra vida como pastoras. Hemos profundizado el tema bíblico sobre San Pablo, el pasaje carismático de Juan 14,6, el tema de la Cristificación en Don Alberione, la reflexión de Don Alberione sobre los tres votos, el estudio sobre las cuatro ruedas y el texto carismático Ut Perfectus sit Homo Dei, la aportación de las Pastorcitas en la Iglesia de hoy, el testimonio de Madre Celina sobre los inicios de la Congregación, la antropología cristiana. Para cada tema reflexionamos, trabajando en grupos, cómo aplicarlos y vivirlos personalmente y en comunidad, y especialmente en nuestro servicio como formadores y animadores vocacionales.
También miramos los tiempos y la cultura en que vivimos, reflexionando sobre los fenómenos sociales de género, la interculturalidad, lo digital y el triste tema de los abusos, tratando siempre de explorar cómo podemos integrar y vivir, juntos, estos aspectos en la formación, en la vida consagrada y a nivel eclesial.
Respecto al tema específico de la pastoral vocacional y formativa, fuimos invitados a mirar las diferentes perspectivas de la educación y a crecer en la competencia formativa con los temas del rol del formador y animador, el discernimiento, la evaluación, el acompañamiento y las comunidades formativas.
Hemos pasado una peregrinación en Alba que ha llenado nuestros corazones de agradecimiento por la gracia que Dios nos ha dado, a través de Don Alberione, y haciendo crecer en nosotras nuestro sentido de pertenencia y nuestra identidad como Pastorcitas. Una experiencia que nos dio la fuerza para responder a nuestra vocación de Pastorcitas, en la Familia Paulina, y vivir plenamente nuestra filiación divina.
La variedad de temas que se nos han propuesto, la abundancia de “vida” que ha transcurrido entre nosotras en estos cuatro meses ha fortalecido sobre todo la relación de cada una con Dios, con la Congregación y con las demás hermanas. Fue también una oportunidad tangible para practicar la aceptación de las diferencias que experimentamos en nuestras vidas y darnos cuenta de que la riqueza de esta diversidad es una manera concreta de vivir juntas como Pastorcitas, como pueblo de Dios, integrando la diversidad y las diferencias que experimentamos en el acompañamiento y en el camino formativo.
Un agradecimiento especial a las hermanas del Gobierno General que organizaron y acompañaron este tiempo de renovación para cada una de nosotras y para el futuro de la Congregación. Un sincero agradecimiento a Sor Lucía Piai y a Sor Cristina Lee que, en nombre del GG, nos han acompañado durante estos cuatro meses de camino. Un sincero agradecimiento a la Comunidad de la Casa Madre, a las Comunidades Provinciales de Italia, Albania, Mozambique, a las hermanas de las comunidades de Verona y Negrar que hemos visitado antes de Navidad y a las hermanas de la Comunidad de la Casa General. Todas ellas han testimoniado con su oración y su presencia durante nuestro camino la belleza de la vida consagrada de Pastorcitas, convirtiéndose para nosotras en un don de Dios que nos estimula a sentir cada vez más la importancia de la misión que se nos ha confiado. Agradecemos también a las Hermanas de cada circunscripción que hicieron posible nuestra participación en este período de formación.
Y por todo damos gracias y gloria a Dios, que es Aquel de quien todo comienza y en Él todo encuentra su cumplimiento. Que el Buen Pastor siga plasmando nuestros corazones con su amor y la Madre del Buen Pastor interceda por nosotros la gracia de la fidelidad al don recibido.
Con gratitud y oración,
Participantes en el Curso de Formadoras y animadoras vocacionales
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