“Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y alegrémonos”.
El 11 de julio de 2024 hice mi Profesión Perpetua en la Parroquia de la Divina Misericordia, Sinawilan Hills, Ciudad de Digos, Davao del Sur, Filipinas, y fui aceptada por Sor Purísima L. Tañedo. Para la ocasión estuvieron presentes algunas hermanas: Sor Vilana Laluan, Sor Teresita Sosa, Sor Amparo Hilot, Sor Saturnina Caccam y Sor Junlyn Maragañas; algunos representantes de la Familia Paulina de la Arquidiócesis de Davao (SSP, PDDM), el Rev. P. Emy John A. Domingo – Párroco de la Parroquia San Roque, Banna, Ilocos Norte, Diócesis de Laoag, diferentes Congregaciones Religiosas de la Diócesis de Digos (OSB, RVM, ADM, Hermanas Camilianas, WCW, Agustinos de las Asunciones y seminaristas); mi familia, parientes y amigos, mis profesores, catedráticos, ex co-profesores y alumnos, compañeros de clase.
Rev. P. Jay Héctor J. Lituañas, A.A. presidió la Celebración Eucarística. En su homilía dijo que la religiosa, renuncia a su derecho a todos los bienes terrenales por el voto de pobreza, entrega su cuerpo y sus sentidos por el voto de castidad; ¡Y por la obediencia, sin embargo, se entrega enteramente a Dios! Profesar estos votos con carácter definitivo no está exento de desafíos. Sin embargo, en medio de estos desafíos, nuestro Señor Jesús se presenta como nuestro mayor ejemplo. En nuestra consagración religiosa, Jesús debe ser el centro de nuestra vida. Nos permite acercar a las personas a Dios, honrar y servir a Dios y compartir con ellos la presencia amorosa y misericordiosa de Dios. P. Jay, finalizó su homilía con estas palabras del Beato Santiago Alberione: “Para ser verdaderas Hermanas Pastorcitas hay que adquirir siempre un poco mejor la bondad de Jesús Buen Pastor. Hay que esforzarse para conseguirlo… el corazón debe estar amasado en la bondad, una bondad como la de Jesús, que llega a los extremos” (PPVIII 237).
“Mi alma proclama la grandeza del Señor; mi espíritu se regocija en Dios mi salvador, porque ha mirado con favor a su humilde sierva”.Doy gracias al Señor por todo lo que ha habido en mi camino especialmente por todas las pruebas, sufrimientos, dificultades y desafíos porque a través de estos pude experimentar el amor incondicional y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Por las muchas veces que no entendí y no supe qué hacer especialmente ante la realidad de la muerte cuando mi madre estaba muy enferma y parecía que su vida terrenal había llegado a su fin. Fue una invitación para mí a permanecer en Él, a aprender a confiar todo en las manos del Buen Pastor que está siempre dispuesto a dar su vida en rescate por muchos. Soy bendecida porque tengo a Jesús Buen Pastor que caminó conmigo durante todo mi viaje, que me amó por lo que soy, que me aceptó por lo que tengo y que me perdonó por lo que he hecho mal contra mis hermanos y hermanas. No soy digno de Su amor y misericordia ni de Su perdón y compasión, sin embargo, Dios es tan bueno, es misericordioso, compasivo y misericordioso. Así me hizo digno de su llamado. Dios es fiel a su promesa de que siempre estará conmigo hasta el fin de los tiempos. En verdad, nada es imposible para Dios.
Después de la Celebración Eucarística, hubo una breve presentación sobre nuestra Congregación, así como un breve vídeo de mi viaje seguido del ágape.
¡De hecho, todo es gracia!
Hna. Sheila Mae M. Estremos, sjbp
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