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Grest Misionero en Albano - Casa Madre

La pregunta formulada por la Ficha nº 2 que nos prepara para la celebración del próximo Capítulo General y en torno al cual discutimos “expresar la participación en la misión pastoral de Cristo hoy” nos sugirió la idea de estar cerca de todas las Pastorcitas esparcidas por el mundo y que en las parroquias viven iniciativas especiales de verano con adolescentes, jóvenes, ancianos y familias.

Aquí, en la Casa Madre, la parroquia es nuestra comunidad: por tanto, fraternidad, acogida y compromiso renovados cada día. Ante la imposibilidad real de realizar el apostolado externo, pensamos que la mejor manera para nosotros de participar hoy de la misión pastoral de Cristo era detenernos todos los jueves, por la tarde, frente al Santísimo, pidiendo luz, gracia y apoyo a cada hermana, comprometida en la construcción de comunidades cristianas en comunión con los Pastores de la Iglesia.


Así nació el Grupo de Verano, vivido en los meses de julio y agosto de 2022, fundado en la oración y con connotación misionera. ¿Qué hemos logrado? Imaginamos un viaje virtual, compuesto por paradas en tiendas de campaña en soledad y silencio, equipados con una mochila en cuyo interior no podía faltar la Biblia y el Rosario. Nos pareció que no puede faltar un calzado adecuado para las subidas, es decir, para los momentos en que el camino de la oración se hace más exigente e impermeable. En una buena salida por la montaña es relajante encontrar agua donde hacer una parada reparadora: “…a aguas tranquilas me conduces…” También podríamos agregar los palos de apoyo fraterno, un piolet, vasos , una buena gorra, etc., ayúdanos a tener un excelente recorrido con cuerdas.


En la Iglesia de la Casa Madre, todos estaban presentes en cada cita de oración y se palpaba la intensidad de la meditación.


Para recordarnos el compromiso, hemos creado un cartel con indicaciones de viaje: creemos que cada hermana en oración se ha encargado de pensar en las necesidades pastorales de la parroquia, diocesana y de cada nación donde están presentes las Pastorcitas.


La última etapa la concluimos frente a la estatua de la Virgen María situada en nuestro jardín: a ella hemos confiado cada hermana, cada aspiración, nuestros sueños pastorales, el pueblo de Dios entre el que caminamos, los párrocos, los obispos y toda la Familia Paulina.


Hemos pedido gracia y bendiciones para todos.

Hna. Rita Nardon, sjbp



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