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La vida clama y espera nuestra respuesta: D'Orbigny

Todo encuentro requiere apertura, valentía, disponibilidad

para dejarse interpelar por el rostro y la historia del otro”.

Papa Francisco



Perteneciente al área rural de la Parroquia San Pedro Apóstol, de Yacuiba (Bolivia), en la que realizamos nuestra tarea pastoral, se encuentra D'Orbigny.



Se trata de unas 35 comunidades de pueblos originarios, “Matacos”, o como ellos mismos se autonominan “Guaynayé”, que viven según sus tradiciones y costumbres, a orillas del río Pilcomayo, frontera entre Bolivia y Argentina.


Son especialmente pueblos pescadores, y por eso, están tratando de levantar una capilla o templo a su patrono, “Jesús el buen pescador”, en el pueblito, donde comparten con los “criollos” o mestizos, la escuela, la sala de asistencia de salud, y un Tinglado, o espacio cubierto que nos permite reunirlos por grupos cuando los visitamos.


Viven en grupos de familias que integran unos 30 adultos y más de 70 niños en cada asentamiento. Cada una de las comunidades tiene su “capitán” o jefe de familias, con algunos de los cuales se está teniendo una comunicación mas frecuente; y quienes nos hacen de traductores en nuestras visitas. Durante la temporada en que no hay pesca, viven de la recolección de frutos y la caza en el monte.


Nos comparten el párroco y las pastorcitas:

Al principio, en nuestros primeros encuentros, llegábamos como misioneros, y huían de nosotros. Pero poco a poco, fuimos transmitiéndoles a los capitanes, que no teníamos otra intención que compartir con ellos un rato, llevarles víveres y ropa, conocer sus necesidades, y sobre todo estar y escucharlos. No buscábamos ningún otro interés, menos imponerles nada, a nivel social, político o religioso.


Comenzamos a llevar audio, música, a hacer obritas teatrales, golosinas, después con algunos misioneros laicos, hicimos campañas para juntar y llevarles, ropa, comida, medicamentos, etc., conocerlos y que nos conozcan.


Hicimos para navidad el pesebre viviente, y uno de los capitanes, traducía en su lengua los relatos del evangelio. Empezamos a jugar con los niños, y ahora ya se acercan y aceptan nuestros gestos o expresiones de cariño, nos enseñan palabras en su idioma, ...y al mismo tiempo, incentivamos a la comunidad parroquial para estar en “salida” hacia estos hermanos y hermanas con necesidades básicas sin cubrir".


Estas comunidades Guaynayé, se encuentran a unas tres horas de viaje de Yacuiba, por caminos difíciles de andar, y que son intransitables cuando llueve. Recién se está logrando el encuentro con 3 de las 35 comunidades. Algunas de ellas están adentrándose en el monte. Del otro lado de la frontera, en Argentina, están las comunidades originarias de Santa Victoria, Salta, donde también organizan la misión las hermanas pastorcitas de Salta.


Les compartimos algunas fotos para que los conozcan. Son nuestras periferias existenciales, tierra de misión, donde todo está para comenzar, “desde el pesebre”. Pero al mismo tiempo, es tierra donde somos misionados, donde el evangelio nos llama a anunciar, donde la vida clama y espera nuestra respuesta.


“Vayan y Anuncien la Buena Nueva a toda criatura”


Hermanas Pastorcitas

Comunidad de Yacuiba, Bolivia



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