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Renovación de votos de las junioras: un momento de reflexión y gratitud

FDel 30 de julio al 2 de agosto, las junioras — Mila Rose Abenis, Bea Collados y Emilyn Palma — disfrutamos de un tiempo de gracia para compartir, escuchar, reflexionar y orar en preparación para la primera renovación de nuestros votos. Las sesiones de integración y programación fueron facilitadas con cariño por nuestro formador, el Sr. Arsenia G. Estrada.

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Comenzamos compartiendo nuestras diversas experiencias en las comunidades donde estamos asignados actualmente. Nuestras reflexiones se enriquecieron con las palabras de los profetas Jeremías e Isaías, en particular la imagen de Dios como el alfarero y nosotros como el barro. Esta poderosa metáfora nos recordó que las manos amorosas de Dios nos moldean y nos forman continuamente.


Juntos, elaboramos nuestro Programa Formativo, considerando las realidades de nuestra misión: nuestra vida comunitaria, nuestra participación pastoral y nuestros compromisos académicos.


El 2 de agosto, tuvimos nuestro día de retiro espiritual, guiados por la Sra. Purísima L. Tañedo. Ella comenzó con una introducción a la encíclica Dilexit Nos del Papa Francisco, que nos llama a profundizar nuestra devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Fuimos invitados a dejar que nuestros corazones sean moldeados por el corazón del Buen Pastor.


Nuestra reflexión se centró en el Salmo 150: «Todo lo que vive y respira alabe al Señor». Este Salmo es una invitación gozosa y constante a alabar a Dios por sus maravillosas obras, utilizando diversos instrumentos musicales que simbolizan las múltiples maneras en que respondemos a las acciones de Dios en nuestras vidas. Un momento particularmente significativo fue cuando reflexionamos personalmente sobre la pregunta: ¿Qué instrumento soy en las manos de Dios? Esto nos llevó a repasar nuestro camino como hermanas menores de primer año y a reconocer la guía de Dios en todo momento.


Finalmente, el 3 de agosto, llenas de gratitud, renovamos con alegría nuestros votos en la Casa Provincial de Nueva Manila. Tuvimos la bendición de estar rodeadas de nuestras hermanas, quienes continúan apoyándonos y acompañándonos con sus oraciones y presencia. Juntas, dimos gracias al Señor por el precioso don de nuestra vocación.


Al continuar este camino, les pedimos humildemente sus oraciones por nuestra perseverancia y fidelidad.

Hnas. Mila Rose Abenis, Bea Collados y Emilyn Palma, sjbp


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