El domingo 09/10/2022 tuve la oportunidad de acompañar a un grupo de las Comunidades Quilombolas de João Surá, Sete Barras y Córrego das Moças para participar de la FESTA DA SEMENTE, en la ciudad de Mandirituba/PR.
Fue un día para agradecer a Dios y contemplar la belleza de la creación. Aunque era temprano en la mañana, subiendo la montaña, la belleza creada por la niebla estaba presente. Pronto, el sol resaltando el blanco con el verde de los bosques. Solo un Dios apasionado puede crear estas maravillas.
Y fue una fiesta: indígenas, quilombolas, faxinais, campesinos, refugiados africanos, guardianes de semillas y curanderos. En las mesas de diálogo se compartieron problemas: falta de regularización de la tenencia de la tierra, racismo, falta de políticas públicas. Pero sobresalió la esperanza expresada en los cantos, en los bailes, en el compartir, en los discursos, en los gritos de orden.
Y miré todo encantado y pensé: Brasil, por lo menos, si no el mundo, podría ser así: todos hermanos, todos celebrando, todos alabando a un Creador Imaginativo. Todos queriendo una naturaleza preservada, cuidada, amada, respetada. Sin pesticidas. Sin competencia. La Madre Tierra siendo generosa y acogedora, fértil, generosa. El almuerzo era el pináculo de la abundancia. Todo de la tierra, de manos de los guardianes de las semillas.
“Feliz alma mía, canta al Señor, porque ha hecho y hace maravillas”.
Hna. Maria Sueli Berlanga, sjbp
