Jóvenes peregrinos de la esperanza

¡Difundan esperanza con su entusiasmo y el testimonio de su fe!

Este fue el último saludo del Papa León XIV a la multitud de peregrinos que llegaron a Roma desde todo el mundo para el Jubileo de la Juventud. Como Familia Paulina, preparamos y vivimos una experiencia jubilar especial, acogiendo y acompañando a los jóvenes que vinieron.

Del 24 de julio al 4 de agosto, nos reunimos, con la Sociedad de San Pablo, 55 jóvenes representantes de los institutos de la Familia Paulina (22 países). El evento incluyó días de entretenimiento en la Basílica de San Pablo, con el Pozo de la Palabra, una exposición sobre la vida de San Pablo y tres carpas: Fe, Esperanza y Caridad. Fue una oportunidad para redescubrir y disfrutar de la riqueza de ser Familia Paulina y del don de nuestro carisma.

Vivimos días de gracia y, juntos, la alegría de una Iglesia viva y universal. Esta experiencia estuvo llena de gratitud, que resonó en los testimonios de algunas de las Hermanas de Jesús el Buen Pastor que participaron:

"Agradezco a nuestro Buen Pastor esta experiencia, tan llena de significado y riqueza, que hoy llevo en mi corazón. Es fruto de compartir como Familia Paulina, de sentirnos verdaderos hermanos y hermanas, hijos del P. Alberione. Todo esto, sumado a la oportunidad de conocer de cerca al Papa León XIV, me llena de esperanza, porque nuestra familia religiosa y nuestro carisma seguirán creciendo y conquistando muchos más corazones para el anuncio del Reino.

"Agradecida al Señor por lo recibido en estos días, podría resumir en dos palabras lo que esta experiencia ha significado para mí: la fuerza de la comunión como Familia Paulina y la responsabilidad de creer en ella y seguir caminando juntos en el anuncio de Cristo, Camino, Verdad y Vida, al mundo de hoy".

"Esta experiencia ha sido edificante para mí. He experimentado un sentido diferente de Familia Paulina, porque he establecido relaciones más significativas. Viviendo con personas que nunca habría tenido la oportunidad de conocer, pero a quienes el Jubileo me ha dado la gracia de conocer. En la Basílica de San Pablo, conocí a jóvenes con corazones conmovidos y un profundo deseo de Dios, lo cual llenó mi corazón de esperanza. En estos días, he conocido a personas que me han dado esperanza y he sentido una profunda gratitud a Dios por esta hermosa experiencia".

"Como Familia Paulina, nos hemos unido verdaderamente en nuestra diversidad. Estoy profundamente agradecido: ha sido una experiencia verdaderamente maravillosa. Nos sentimos como si perteneciéramos a una gran familia. Hablamos 11 idiomas diferentes, pero el idioma no es una barrera: el amor es lo que nos une a todos. He llegado a comprender que todos somos comunicadores, no solo con palabras, sino también con gestos de amor, bondad y amistad. Como se nos recordó en la Misa final: Estamos creados para una existencia que se regenera en la entrega, en el amor. Esta esperanza ayuda a los jóvenes a descubrir el sentido de sus vidas".

"La riqueza de la diversidad nos ha llevado a conocernos; la experiencia de ser una familia nos ha permitido tocar la amor de Dios que se manifiesta a cada persona".

Hnas. Noemia, Leidy, Evelin, Saturnina, Sara, Gjystina y Paola, sjbp