Corazón ardiente que da testimonio de visitar y ser visitado
Del 9 al 16 de julio, participamos de la semana vocacional misionera, en la Parroquia Nossa Senhora das Graças, bajo la administración de las Rogacionistas, en Morro Doce – Región Episcopal Brasilândia – Arquidiócesis de São Paulo.
La misión fue promovida por el Instituto de Pastoral Vocacional (IPV), en colaboración con la Conferencia de Religiosos de São Paulo (CRB). Éramos unos 30 misioneros, de varias congregaciones, trabajando en las 15 comunidades que conforman la Parroquia. Me quedé en la comunidad de Santo Expedito, junto con el Sr. Izabel Patuzzo, del PIME.
Fueron días intensos de evangelización, a través de visitas a familias, enfermos y algunas familias en duelo. Espacios de escucha, de compartir, de solidaridad, de oración. Oportunidad de visitar y ser visitado por el Señor.
También animación vocacional, celebraciones, Misas en las Capillas. El sábado, casi terminando la semana, se realizó un concurso de talentos con jóvenes y niños de las comunidades. Fue un momento alegre y festivo, un espacio de evangelización y de sensibilización vocacional. El domingo, concluimos con la celebración eucarística, presidida por el P. Geraldo Tadeu Furtado, Provincial de los Rogacionistas y, posteriormente, los misioneros almorzaron en las comunidades donde estuvieron durante la semana.
Fue desafiante, exigente caminar por las colinas. ¡Toma un respiro! Más agradable aún caminar con personas alegres, hospitalarias, generosas, con el corazón encendido, que dan testimonio del placer de participar y colaborar con los diversos servicios y ministerios, porque la comunidad es lugar de comunión, de compartir y de servicio. El momento fue oportuno para subrayar que todos están llamados a ser cada vez más conscientes de una “cultura vocacional”.
Gracias a doña Eugênia Soares y toda su familia, que nos hospedaron en su casa ya todos los que caminaron con nosotros durante las visitas. Gratitud desde el corazón! Contigo también aprendí a decir “Dios es bueno todo el tiempo, todo el tiempo Dios es bueno”.
Hna. Rosilene de Lima, sjbp
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