Un verano fuera de lo común
- Suore Pastorelle
- 7 sept
- 2 Min. de lectura
Este verano, nosotras, las juniors de la comunidad estudiantil internacional en Roma, hemos recibido un precioso regalo del Señor: la oportunidad de compartir unos días de vida con nuestras hermanas mayores, en las comunidades de Casa Madre (Albano Laziale), Verona y Negrar (Verona).

La Hna. Atija Albino pasó un tiempo en la comunidad de Casa Madre, del 15 de junio al 23 de agosto.
La Hna. Jacinta Gaspar fue acogida en Negrar, del 13 de junio al 24 de agosto.
La Hna. Noèmia Edma Jacinto Dos Santos se unió a la comunidad de Verona en agosto, del 7 al 24.
La Hna. Leidy Toro pasó unos días en Verona, del 12 al 24 de agosto.
Fueron experiencias de gracia y fraternidad: juntas pudimos servir, animar con canciones, juegos y momentos comunitarios, pero sobre todo, compartir nuestra vida cotidiana con sencillez y escucha mutua. Las hermanas, con un corazón abierto, compartieron con nosotras páginas preciosas de su historia: su vocación, su misión, sus fragilidades y la fe que las sostuvo en el camino.
Cada una de nosotras comparte una reflexión sobre el legado de esta experiencia:
"Agradezco a las hermanas el amor, la alegría y la fe con que nos recibieron. Su ejemplo nos conmovió y nos inspiró a decir 'sí' una vez más al plan de Dios. ¡Es realmente maravilloso ser Pastorcita! Pero sobre todo, es un don acoger la vida tal como viene, incluso en tiempos de enfermedad o vejez; es un camino de santidad que se convierte en testimonio para todos."
"Fue una experiencia verdaderamente hermosa con las hermanas mayores, quienes me hicieron comprender que nuestra vida no es solo un simple 'sí', sino también un don ofrecido al servicio de los demás, con disponibilidad y alegría, sin esperar nada a cambio. Al escuchar sus vidas y las experiencias que compartieron con nosotras, siento que puedo decir y confirmar que, cuando tomamos una decisión y la vivimos con amor, Dios nos ayuda a comprender sus deseos y podemos seguirlo y serle fieles."
"Doy gracias al Señor por estos días que pasé con las Hermanas Mayores, durante los cuales compartí fraternidad y vida. Agradezco su acogida, su testimonio y por renovar en mí la fuerza para amar nuestro hermoso carisma."
"Doy gracias a Dios por darme la oportunidad de vivir esta experiencia con las hermanas que más necesitan ayuda y atención. Es una experiencia muy delicada, pero a la vez hermosa, porque con ellas pude experimentar mi maternidad espiritual, abrazar mis propias fragilidades y comprender la realidad de nuestras hermanas mayores que dieron su vida por la Congregación y que hoy se encuentran en... Una situación donde lo necesitan todo. Y quizás, tarde o temprano, nosotras también recorreremos el mismo camino. Me alegra haber tenido esta experiencia, porque lo que impulsa a las hermanas a cuidar no es solo la santa paciencia, sino el amor incondicional por ellas, como una madre por su hijo: lucha cada día porque lo ama."
Alabemos a Dios Padre, quien nos llamó a ser Hermanas de Jesús, el Buen Pastor. Invoquemos al Espíritu Santo para que nos acompañe en nuestro camino y encomendémonos a María, Madre del Buen Pastor: que interceda por nosotras y nos sostenga para vivir nuestra misión con corazón maternal.
Hnas. Atija, Jacinta, Noemia, Leidy, sjbp







































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